martes, 12 de junio de 2018

LOS PROBLEMAS DEL CONOCIMIENTO

MAYO 2018

Los problemas principales del conocimiento:


Se plantean al menos tres áreas de problemas filosóficos sobre todo acerca del conocimiento del mundo exterior.
1.  ORIGEN ¿cual es el origen de nuestros conocimientos?, en cuanto a esta pregunta puede responderse , como los sentidos, la razón o una conjunción de ambos elementos.

2.POSIBILIDAD ¿ podemos conocer? Esta pregunta nos plantea sobre la posibilidad de llegar a conocimientos verdaderos o no.
A esta pregunta se puede responder desde el escepticismo radical, objetivismo, relativismo o escepticismo metódico.
3.ALCANCE. ¿ cuales son los límites de nuestros conocimientos? En esta pregunta se cuestiona desde un punto de vista ético o desde la posibilidad de alcanzar el saber absoluto. Hay diferentes repuestas en relación a lo que se responda en las otras preguntas, ya que en el caso de un escéptico no habrá posibilidad de conocer.

miércoles, 6 de junio de 2018

FREUD Y LA ESTRUCTURA DEL APARATO PSIQUICO







Sigmund Freud formulo dos teorías sobre la constitución del aparato psíquico, la primera fue en el año 1900, luego en 1923 la reformulo, creando otra conceptualización mas amplia.
Las primeras concepciones sobre la neurosis, la teoría de los sueños etc, llevaron a Freud a la convicción de que en el psiquismo humano actuaban tres sistemas distintos:
EL INCONSCIENTE.
Es la parte más arcaica y originaria del psiquismo y al mismo tiempo la parte más próxima, a las fuentes pulsionales.
Se considera como el habitáculo de los impulsos innatos, los sentimientos, los deseos, los recuerdos reprimidos, etc; y se caracteriza porque, en general, sus elementos son inaccesibles a la conciencia, solo pueden acceder a esta a través del preconciente, que cumple la función de censor o filtro, por medio de la crítica o represión, excluyendo los elementos inconscientes que pueden dañarle. Pone de manifiesto que el psiquismo es más que lo consciente y que ciertos contenidos solo se vuelven conscientes cuando en el proceso curativo se superan las resistencias.
Es un sistema en constante evolución y cargado de energía psíquica. En esto, Freud ubica nuestras energías, nuestros instintos, que son de tanta importancia en nuestro comportamiento.
El sistema inconsciente, carece de edad cronológica , no conoce pasado ni futuro y si, solo presente.
SISTEMA CONSCIENTE.
Se trata de la parte del aparato psíquico más próxima al mundo exterior y se encuentra entre este y la memoria. Sin embargo, el consciente no memoriza nada, esto le corresponde a otro elemento que es el preconciente, del cual hablaremos más tarde.
La conciencia debe ser considerada como un órgano sensorial situada en el límite de lo interno y lo externo, capaz de percibir procesos de una u otra naturaleza.
Su función es fundamentalmente perceptiva, registra la información procedente del exterior y también la del interior.
Frecuentemente se ha intentado explorar el sistema conciente mediante la auto-observación, pero esta observación introspectiva no puede convencernos por completo, pues todo lo que uno puede decir de si mismo no ofrece suficiente garantía de objetividad.
El estado de vigilia sería la superficie externa de la conciencia. Durante el sueño, en cambio, aquella sería impermeable a los estímulos externos al mismo tiempo que aumentaría la sensibilidad a la superficie intrapsíquica. L
SISTEMA PRECONCIENTE.
Comprende los pensamientos y vivencias que en un momento dado no son conscientes, pero que pueden convertirse en tales, mediante un esfuerzo de atención, a diferencia de lo inconsciente que indica los procesos y los contenidos psíquicos activamente rechazados de la conciencia por fuerzas intrapsíquicas, como la censura y la represión
Este último es un sistema de percepción y está íntimamente ligado o relacionado con la afectividad, pero en el transcurso del desarrollo se interpone algo entre ambos sistemas, que viene a complicar al mecanismo psíquico. Este algo está constituido por el preconciente que contiene, por una parte, elementos procedentes del inconsciente que progresan hacia la conciencia y por otra parte, por impresiones almacenadas procedentes del exterior. Por lo tanto aunque sus contenidos no se encuentran en el campo de la conciencia pueden estarlo en cualquier momento. Sus contenidos son accesibles a la conciencia, sin que para ser parte de ella tengan que superar una censura represiva, sino más bien una censura de tipo selectiva ya que no caben todos los contenidos del exterior en nuestra memoria. Así, cualquier información que llegue a nuestro sistema perceptivo, aunque luego sea reprimido, dejará de estar en el campo de la conciencia para pasar al preconciente, al mismo tiempo que contenidos del preconciente pueden pasar al consciente sin ningún esfuerzo.
Resumiendo: lo inconsciente sería como una gran cámara en la que se acumulan todas las tendencias psíquicas, hay otro gran salón que llamamos la conciencia, y entre ambos salones hay un centinela que permite o no el paso de lo inconsciente a lo conciente. Ese centinela es la censura. Las tendencias rechazadas por la censura son reprimidas y no pueden ingresar en la conciencia.
Tenemos lo conciente, tenemos lo inconsciente; pero hay otra instancia en el medio de ambos y es el preconciente. Freud observa que hay pensamientos que no son concientes porque no están en el pensamiento constantemente, y que tampoco son inconscientes porque se hayan de este lado de la censura, entonces se dice que son pensamientos preconcientes.
En 1923 y ha medida que avanza el psicoanálisis y viendo que esta forma de imaginar el aparato psíquico no llegaba a explicar todo lo nuevo que iba apareciendo, decide reformular sus conceptos. Por eso crea un nuevo soporte teórico que si bien no anula el anterior lo enriquece y lo modifica. Ahora para Freud el aparato psíquico se divide en tres instancias:
EL ELLO
Es el fondo de las pulsiones de la personalidad; lo que la personalidad tiene de heredado, constitutivo y pulsional se expresa psicológicamente en el ello. Se encuentra en él la energía psíquica tanto erótica o libidinosa como destructiva o agresiva. Incluso, cuando con el tiempo se desarrolle el Yo y el Superyo, toda la energía de estos tiene su origen y fuente en el Ello. Al principio el ser humano solo es pulsión, el recién nacido es solo ello.
Esta constituido por la totalidad de los impulsos instintivos. Gran parte del ello esta formado por elementos arcaicos, es decir, todo lo heredado, lo que ha traído el hombre genéticamente desde su nacimiento. Todos los sectores del ello son inconcientes. No se ve afectado por él tiempo ni perturbado por las contradicciones; ignora los juicios de valor, el bien y el mal y la moral. Unicamente trata de satisfacer sus necesidades instintivas según el principio del placer. El Ello se rige únicamente por el principio del placer, solo busca satisfacción inmediata al margen de cualquier consideración como la supervivencia, la defensa de los peligros, los principios morales o la convivencia social.
Dinámicamente está compuesto por los impulsos innatos, agresivos y sexuales y por los deseos reprimidos.
En síntesis, el ello es la parte de la mente en donde estas los instintos que no conocen otra lógica que el lograr el placer, es la parte mas animal del ser humano. Es el lugar de los instintos o pulsiones sexuales, también de los instintos agresivos. Pero así también es el reducto que aporta la energía mental a los individuos.
EL YO
El Yo es lo conciente. Es el yo coherente encargado de coordinar funciones psíquicas e impulsos internos, se encarga de manejar el cuerpo, el que recoge las percepciones, el que ordena y coordina. Por otro lado es el encargado de reprimir a lo inconsciente los procesos psíquicos que no aprueba.
El Yo actúa como mediador entre la persona y la realidad externa, entre el Ello y el mundo exterior, entre el Ello y el Superyo, una posición entre los instintos primarios y las exigencias del mundo exterior. Percibe las necesidades de la propia persona, tanto físicas como fisiológicas, y las cualidades y actitudes del ambiente. Valora e integra estas percepciones de manera que busca que las exigencias internas se pueden ajustar a los requerimientos externos. Las otras dos instancias psíquicas de la personalidad, el Ello y el Superyo, se relacionan con el Yo intentando siempre alcanzar un equilibrio. El Superyo está formado por la asimilación de las normas culturales que rigen una sociedad. El Ello es una reserva de energía que guiada por el instinto del placer, busca la satisfacción total e inmediata de los impulsos instintivos.
EL SUPER YO
En el desarrollo de la personalidad, finalmente se constituye una tercera instancia al separarse una parte del Yo y observarse a si misma, juzgando y criticando.
Su papel viene a ser el de juez o censor del Yo. Su acción se manifiesta en la conciencia moral, en la autocrítica, en la prohibición y funciona en oposición a la gratificación de los impulsos o enfrentándose a las defensas que el Yo opone a dichos impulsos. Es una especie de censura que inspira el sentimiento neurótico de culpabilidad y autocastigo; es la instancia represora por excelencia, el soporte de todas las prohibiciones y de todas las obligaciones sociales y culturales.
Es la instancia psíquica desglosada del Yo que auto-observa y critica las acciones del ser humano y le presenta la imagen ideal a la que debe parecerse.
Además de la función de censura, el Superyo preside también la formación de los ideales, funciones imaginarias del Yo, cuyas complejas relaciones con él es uno de los grandes problemas psicoanalíticos que implican a los problemas de identificación. La severidad del Superyo no es proporcional a la de los padres, ya que, debido a la intervención de los procesos de identificación imaginaria, puede ser grande la diferencia entre las prohibiciones establecidas por el entorno y las exigencias del Superyo del sujeto. Juzga y critica, representa las exigencias de la moralidad y de la sociedad, pero también el Super yo representa a los ideales y lo que uno aspira a ser.

Sigmund Freud: las tres humillaciones del narcisismo humano

Sigmund Freud: las tres humillaciones del narcisismo humano






El narcisismo general, el amor propio de la Humanidad, ha sufrido hasta ahora tres graves ofensas por parte de la investigación científica:

a) El hombre creía al principio, en la época inicial de su investigación, que la Tierra, su sede, se encontraba en reposos en el centro del Universo, en tanto que el Sol, la Luna y los planetas giraban circularmente en derredor de ella. Seguía así ingenuamente la impresión de sus percepciones sensoriales, pues no advertía ni advierte movimiento alguno de la Tierra, dondequiera que su vista puede extenderse libremente, se encuentra siempre en el centro de un círculo, que encierra el mundo exterior. La situación central de la Tierra le era garantía de su función predominante en el Universo, y le parecía muy de acuerdo con su tendencia a sentirse dueño y señor del Mundo.


La destrucción de esta ilusión narcisista se enlaza, para nosotros, al nombre y a los trabajos de Nicolás Copérnico en el siglo XVI. Mucho antes que él, ya los pitagóricos habían puesto en duda la situación preferente de la Tierra, y Aristarco de Samos había afirmado, en el siglo III a. de J.C., que la Tierra era mucho más pequeña que el Sol, y se movía en derredor del mismo. Así, pues, también el gran descubrimiento de Copérnico había sido hecho antes de él. Pero cuando fue ya generalmente reconocido, el amor propio humano sufrió su primera ofensa: la ofensa cosmológica.


b) En el curso de su evolución cultural, el hombre se consideró como soberano de todos los seres que poblaban la Tierra. Y no contento con tal soberanía, comenzó a abrir un abismo entre él y ellos. Les negó la razón, y se atribuyó un alma inmortal y un origen divino, que le permitió romper todo lazo de comunidad con el mundo animal. Es singular que esta exaltación permanezca aún ajena al niño pequeño, como al primitivo y al hombre primordial. Es el resultado de una presuntuosa evolución posterior. En el estadio del totemismo, el primitivo no encontraba depresivo hacer descender su estirpe de una estirpe animal. El mito, que integra los residuos de aquella antigua manera de pensar, hace adoptar a los dioses figura de animales, y al arte primitivo crea dioses con cabeza de animal ; acepta sin asombro que los animales de las fábulas piensen y hablen [...]


Todos sabemos que las investigaciones de Darwin y las de sus precursores y colaboradores pusieron fin, hace poco más de medio siglo, a esta exaltación del hombre. El hombre no es nada distinto del animal ni algo mejor que él ; procede de la escala zoológica y está próximamente emparentado con unas especies, y más lejanamente, a otras. Sus adquisiciones posteriores no han logrado borrar los testimonios de su equiparación, dados tanto en su constitución física como en sus disposiciones anímicas. Esta es la segunda ofensa -la ofensa biológica- inferida al narcisismo humano.


c) Pero la ofensa más sensible es la tercera, de naturaleza psicológica.

El hombre, aunque exteriormente humillado, se siente soberano en su propia alma. En algún lugar del nódulo de su yo se ha creado un órgano inspector, que vigila sus impulsos y sus actos, inhibiéndose o retrayéndose implacablemente cuando no coinciden con sus aspiraciones. Su percepción interna, su conciencia, da cuenta al yo en todos los sucesos de importancia que se desarrollan en el mecanismo anímico, y la voluntad dirigida por estas informaciones ejecuta lo que el yo ordena y modifica aquello que quisiera cumplirse independientemente. Pues esta alma no es algo simple, sino más bien una jerarquía de instancias, una confusión de impulsos, que tienden, independientemente unos de otros, a su cumplimiento correlativamente a la multiplicidad de los instintos y de las relaciones con el mundo exterior. Para la función es preciso que la instancia superior reciba noticia de cuanto se prepara, y que su voluntad pueda llegar a todas partes y ejercer por doquiera su influjo. Pero el yo se siente seguro, tanto de la amplitud y fidelidad de las noticias como de la transmisión de sus mandatos.


En ciertas enfermedades, y desde luego en las neurosis por nosotros estudiadas, sucede otra cosa. El yo se siente a disgusto, pues tropieza con limitaciones de su poder dentro de su propia casa, dentro del alma misma. Surge de pronto pensamientos que no se sabe de dónde vienen, sin que tampoco sea posible rechazarlos. Tales huéspedes indeseables parecen incluso ser más poderosos que los sometidos al yo ; resisten a todos los medios coercitivos de la voluntad, y permanecen impertérritos ante la contradicción lógica y ante el testimonio contrario de la realidad. O surgen impulsos, que son como los de un extraño, de suerte que el yo los niega, pero no obstante ha de temerlos y tomar medidas precautorias contra ellos. [...]


El psicoanálisis procura esclarecer estos inquietantes casos [...] y puede, por fin decir al yo: «No se ha introducido en ti nada extraño ; una parte de tu propia vida anímica se ha sustraído a tu conocimiento y a la soberanía de tu voluntad. Por eso es tan débil tu defensa ; combates con una parte de tu fuerza contra la otra parte, y no puedes reunir, como lo harías contra un enemigo exterior, toda tu energía [...]. Todo este proceso sólo se hace posible por el hecho de que también en otro punto importantísimo estás en el error. Confías en que todo lo que sucede en tu alma llega a tu conocimiento, [...] llegas incluso a identificar lo "anímico" con lo "consciente" ; esto es, con lo que te es conocido, a pesar de la evidencia de que a tu vida psíquica tiene que suceder de continuo mucho más de lo que llega ser conocido a tu conciencia. Déjate instruir sobre este punto. Lo anímico en ti no coincide con loo que te es consciente ; una cosa es lo que algo suceda en tu alma, y otra que tú llegues a tener conocimiento de ello. [...] No debes acariciar la ilusión de que obtienes noticia de todo lo importante. [...] ¿Quien puede estimar, aun no estando tú enfermo, todo lo que sucede en tu alma sin que tú recibas noticia de ello o sólo noticias incompletas y falsas ? Te conduces como un rey absoluto que se contenta con la información que le procuran sus altos dignatarios y no desciende jamás hasta el pueblo para oír su voz. Adéntrate en ti, desciende a tus estratos más profundos y aprende a conocerte a ti mismo ; sólo entonces podrás llegara comprender por qué puedes enfermar y, acaso, también a evitar la enfermedad».


Así quiso el psicoanálisis aleccionar al yo. Pero sus dos tesis, la de que la vida instintiva de la sexualidad no puede ser totalmente domada en nosotros y la de que los procesos anímicos son en sí inconscientes, y sólo mediante una percepción incompleta y poco fidedigna llegan a ser accesibles al yo y sometidos por él, equivalen a la afirmación de que el yo no es dueño y señor en su propia casa. Y representan el tercer agravio inferido a nuestro amor propio ; un agravio psicológico. No es, por tanto, de extrañar que el yo no acoja favorablemente las tesis psicoanalíticas y se niegue tenazmente a darles crédito.

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Una dificultad del psicoanálisis, en Obras completas, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid 1968, vol. II, p. 1110-1112.




Textos de Diccionario Herder de filosofí

lunes, 4 de junio de 2018

Articulo de Biologa que critica al optimismo

https://www.elobservador.com.uy/barbara-ehrenreich-la-biologa-que-cree-que-nos-estamos-matando-nuestro-furioso-intento-vivir-cada-vez-mas-n1235938


ACTIVIDAD INICIAL CON LOS GRUPOS DE 1ERO DE EMS Y 5TO ARTÍSTICO MARZO 2024

       ACTIVIDAD INICIAL CON LOS GRUPOS DE 1ERO DE EMS Y 5TO ARTÍSTICO    MARZO 2024 En relación a lo acordado en la sala docente previa por...