martes, 23 de abril de 2019

¿QUÉ ES LA METAFÍSICA? TEXTO DE Dario Sztajnszrajber

                ¿Qué es la metafísica?

Según cuenta Simplicio: Entre los que dicen que es uno, en movimiento e infinito, Anaximandro de Mileto, hijo de Praxíades, que fue sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y elemento de todas las cosas existentes era el ápeiron [indefinido o infinito], y fue el primero que introdujo este
nombre de «principio». Afirma que este no es agua ni ningún otro de los denominados elementos,sino alguna otra naturaleza ápeiron, a partir de la cual se generan todos los cielos y los mundos que hay en ellos. Ahora bien, a partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí también se produce la destrucción, «según la necesidad; en efecto, se pagan mutuamente culpa y retribución por su injusticia, de acuerdo con la disposición del tiempo», hablando así de estas cosas en términos más bien poéticos.

Toda esta interpretación del fragmento 9 de Anaximandro refleja bastante bien qué es la metafísica. Se sabe que etimológica mente refiere a aquello que está más allá de la física, pero de la física en tanto physis, o sea aquello que está más allá de la naturaleza.
¿Pero qué hay más allá de la
naturaleza? ¿Y qué significa en este contexto «más allá»?

¿Hay metafísica en este vagón que por cierto no arranca y parece que no va a arrancar más? Se escuchan unos gritos desde el fondo. Gritos
un poco desaforados que parecen venir hacia aquí. No hay metafísica en este vagón ya que aquí solo vemos y nos hallamos en presencia de una multitud de cosas que nos rodean. Hay mucha basura en el piso, ventanas rotas, gritos que se escuchan cada vez más cerca, hay un guardia que acaba de pasar
corriendo hacia adelante. Hay cuerpos, hay extensiones, hay cosas. Hay.
Si nos detenemos en este aspecto del «haber» del vagón, la metafísica irrumpe. Si analizamos el comportamiento de estos chicos que se acercan borrachos y a los gritos podríamos estar haciendo sociología o psicología. Pero si nos detenemos a pensar que estos chicos, los gritos, el guardia, las
ventanas, la basura, nosotros, todo, absolutamente todo lo que hay, antes que nada se dan, están,existen, entonces el plano del análisis es otro. Aquí hay una entidad concreta que es el grito de un adolescente probablemente borracho que salta alrededor nuestro. Hay una entidad que es un grito ohay un grito que antes de ser un grito, es una entidad. O sea que antes de ser algo en particular, el
grito es. Y porque es, es una entidad.

 Podría no haber sido. Si lo que nos importa de la entidad «grito» es lo que tiene de grito, entonces podríamos estar haciendo sociología o psicología o
incluso foniatría, depende de lo que queramos comprender. Pero si lo que nos importa de la entidad «grito» es lo que tiene de entidad, o sea, que es, entonces estamos haciendo metafísica.
Anaximandro hace metafísica porque plantea un supuesto curso natural de las cosas, pero no en lo que tiene este curso de natural, sino en tanto afecta el ser mismo de la realidad. Es claramente y a toda costa, incomprobable el planteo de Anaximandro. Nada en la metafísica se puede comprobar empíricamente. Solo lo que está de este lado de la física se puede comprobar empíricamente.

La metafísica cumple un rol más estructural, sienta las bases o los marcos de posibilidad e imposibilidad de todo lo que hay. Marca el haber, el lenguaje del haber, la estructura fundamental de lo real. Es casi como una suerte de paradigma del cual «cuelgan» todos los conceptos y que incluye también la idea misma de concepto. No es casual que después de varios siglos de filosofía
occidental, Martin Heidegger en el siglo XX volviera sobre los inicios de nuestra cultura para repensar a la metafísica como articuladora de nuestros límites y de la historia de nuestros límites. La metafísica es la puesta de los límites y por ello de lo ilimitado.
La metafísica habla del ser y del no ser, de lo que hay y de lo que no hay; y por eso habla hasta el límite del habla. Habla y también deja oír el silencio.
Si la filosofía es amor al saber y lo que importa es alcanzar el saber, cuando hablamos de metafísica estamos en presencia de los límites mismos de todo saber posible. En este sentido, la filosofía alcanzaría su propósito si llegase a conocer la naturaleza misma del ser, su sentido, su tarea,
su futuro. Los fundamentos mismos de la realidad y el sentido de esos fundamentos. Conocer el todo.
Un pequeño cerebro que no pesa más de un kilogramo y medio, situado en algún punto minúsculo de un planeta minúsculo en una coordenada ínfima de las tantas ínfimas posibles combinaciones espacio
temporales, ha logrado alcanzar el conocimiento absoluto del absoluto. No cierra.
El relato de Anaximandro es muy interesante por múltiples motivos, pero es un relato; y mucho de la historia de la filosofía contemporánea va a tener que ver con este carácter de relato presente en muchas teorías.
Pero por ahora hay unos niños adolescentes bailando sobre los asientos y mirándonos a todos con cara de malos. Pensar que hace segundos estábamos afirmando haber encontrado el origen y propósito mismo del ser. ¿Cuál será la relación esencial entre el origen de todo y estos muchachos?
La perplejidad me captura, me paraliza, me toma. A veces me cuesta entender la conexión que hay entre el origen de todo y un hecho tan particular como los gritos de estos chicos: ¿Dios o lo que sea creó todo para que después de una serie de años en un vagón sucediera también este acontecimiento?
¿Pero todo se vuelve un acontecimiento? ¿Qué es un acontecimiento? ¿Nos van a robar? ¿Nos van golpear? ¿Qué nos van a hacer estos delincuentes?

Aristóteles caracteriza a la filosofía primera como un saber teorético que estudia al ser en tanto ser. La metafísica es entonces el conocimiento de lo más elemental, abstracto y general de la
realidad: el conocimiento del ser, pero en tanto ser. El ser en sí mismo y todos sus rasgos. Ha habido un primer itinerario de la filosofía que la ha conducido hasta el conocimiento del ser. Incluso podríamos decir que solo en la filosofía antigua, el pensamiento postuló al ser y que todo el resto de
la historia de la filosofía no ha sido más que los intentos de desmarcarse de ese peso.
 ¿Pero se podrá lograr un desasimiento absoluto? ¿Cómo sacarse de encima las huellas que nos constituyen? O peor,¿no es ya el intento de sacarse de encima parte de esa huella? Si todo es huella, querer salir de la
huella, ¿no es también parte de la huella? Está claro que el saber metafísico no se prueba en los hechos. Hablar del ser de las cosas es una cuestión conceptual. Por eso en la metafísica es donde mejor se ve en principio la labor filosófica. Es donde mejor podemos diferenciar a la filosofía de la ciencia. Todo el relato de Anaximandro no tiene nada de científico. Es metafísico, pero además
busca su justificación en esa zona de cruce entre ciertas evidencias experienciales y la argumentación de ideas.

 ¿Pero entonces cómo se prueba la filosofía? ¿No estará en definitiva más cerca del arte, de la producción de una experiencia estética o existencial?
Es interesante poder ubicar a la filosofía en esa zona imprecisa entre la ciencia y el arte. Por un lado, dada su fuerte impronta racional y argumentativa, y por otro lado, en virtud de su producción de conflictos existenciales. No termina de ser una ciencia en sentido estricto ni tampoco alguna práctica
artística claramente definida. Tal vez habría que pensar a la filosofía desde este «ni»: ni ciencia, ni arte, pero oscilando entre ambas. Como este tren detenido en el medio de un recorrido inhóspito:
ni va ni viene. Detenido.

A la espera de nada. A la espera de la nada. Pero con unos jóvenes
presumiblemente delincuentes expectantes. ¿Presumiblemente delincuentes? ¿En qué sentido?

En la versión oficial de la filosofía, se trata de un saber con un fuerte aire científico que tiene como objeto el conocimiento del ser en tanto ser y de todos los principios que de ello derive, tal como lo define Aristóteles. De este modo se convierte en la madre de todas las ciencias, ya que se coloca a sí misma en un plano más fundamental que cualquier saber particular. De algún modo, el
objeto sobre el que trata la filosofía —la filosofía en principio como metafísica— es el ser de cualquier cosa y en tanto el ser es previo a todo, la filosofía es primera. Los objetos de la biología, de la física o de la economía, antes que nada son, y ese ser no es propio del estudio de estas
ciencias, sino que estas ciencias lo suponen.

La proclamación de madre de todas las ciencias ha puesto a la filosofía históricamente en un lugar de supremacía epistemológica. El saber filosófico siempre ha presumido de un acceso más fundamental, más profundo, incluso más verdadero a la realidad; y al mismo tiempo se ha colocado como jueza del resto de los saberes, ya que además se ha dedicado a discutir las condiciones de
posibilidad de cualquier saber. No solo busca explicar la entidad de cualquier entidad, sino también la entidad del saber que supone conocer a cualquier entidad. Es cierto que visto desde una especie de
árbol jerárquico posible, el ser podría colocarse como por encima del resto de las cosas existentes.
Así sería si entendemos que el verbo «ser» y su referente, el hecho mismo de ser, poseen una realidad superior al resto por tratarse, por ejemplo, de la condición más abstracta posible. Pero como se va a insistir mucho en el siglo XX, retomando la historia de muchos pensadores que a lo
largo de la historia de la filosofía no fueron ubicados en el mainstream oficial: el «ser» antes que nada es una palabra. «Ser» antes de ser lo que es, es una palabra: la palabra «ser».
 Del mismo modo que todo es una palabra y la palabra «todo» es una palabra. Si todo, antes que nada, es texto,entonces hay una democratización ontológica que rompe cualquier escalera o árbol jerárquico.
«Nada hay fuera del texto», dice Derrida: el ser, Dios, la verdad, el bien antes que nada y después
de todo, son meras palabras…


TEXTO EXTRAÍDO DE "¿PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA?" ( Dario Sztajnszrajber, EDITORIAL PLANETA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CIENCIA Y TECNOLOGÍA: ¿LIBERACIÓN U OPRESIÓN? Dorothy Griffiths

 CIENCIA Y TECNOLOGÍA: ¿LIBERACIÓN U OPRESIÓN? Responsabilidad social Hay algo que acaso por obvio, no suele ser indicado, esto es, que la c...